domingo, 3 de junio de 2018

     El brillo de sus zapatos auguraba que aquella sería una gran noche. Decenas de parejas paseaban a orillas del lago mientras el sol teñía de un cobrizo intenso sus aguas. Solo una suave brisa lograba perturbar la quietud de aquel atardecer del mes de Junio.


     Lucy había colocado una flor en su pelo. Los volantes de su vestido ondeaban con alegría al más mínimo atisbo de movimiento en sus caderas. Por fin, la noche se hacía con la ciudad y, uno a uno, los músicos iban llenando el escenario. Lucy vio pasar todo un desfile de trompetas, clarinetes, saxofones, ... y un sinfín de instrumentos que se iban agrupando en torno al piano. La pista de baile comenzaba a llenarse, había llegado el momento que tanto deseaba. John la miraba desde el otro lado de la plaza. Hoy lucía su mejor pajarita y los tirantes que ella le había regalado para la ocasión. Al micrófono, un hombre menudo de tez oscura y voz seductora anunciaba a los asistentes que el Festival de Verano de Swing daba comienzo. Los pistones de las trompetas empezaron a moverse y el resto de instrumentos comenzaron a seguirlos, despertando el movimiento de brazos y pies de unos bailarines que ansiaban deslizarse por aquella pista de baile y dejarse llevar por la embriagadora música que sonaba por doquier.

     Desde las terrazas de bares y restaurantes, cientos de curiosos disfrutaban de aquella escena y muchos se atrevieron a probar con aquellos movimientos imposibles.

     “Cuando bailaba se sentía libre”, eso era lo que pensaba Lucy cada vez que calzaba sus zapatos y comenzaba a moverse, junto a John, al ritmo de aquellos compases. Parecía como si el tiempo se hubiese detenido, como si todo lo que le preocupaba se hubiera esfumado de golpe. No había miedos ni dudas ni lágrimas. En ese momento, sólo existían John y ella.

     Lucy deslizaba sus pies con soltura, sonreía y giraba, una y otra vez, rodeando a John, quién  seguía sus pasos con dulzura. El Festival sólo duraría tres días, pero aquella noche permanecería en su cabeza toda la vida ...