lunes, 20 de junio de 2011

Estaba sola en casa, era domingo, mi futuro aún por decidir y en la cabeza millones de ideas formando una maraña imbarajable. Subí la cuesta, con paso lento pero firme, rodeándome de árboles, de frondosos árboles de hojas verdes. Me senté al filo del muro, dejándome envolver por la magia de aquel lugar, respirando tranquilidad. Frente a mí, cientos de casas cubriendo la ladera, casas blancas, de tejados oscuros, rodeadas de cipreses,  miradas cruzándose en la distancia, casi sin darse cuenta, y en mis oídos, una dulce melodía … En ese momento me di cuenta de que aquel era mi sitio …  

1 comentario:

  1. Me alegra tanto leerte!! Cuando he abierto el enlace para tu blog, me he dado cuenta de que has creado tu rincón perfecto! Se respira tu esencia en este fondo tan bien escogido y entre tus líneas. Como siempre, un placer!

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